Page 3 - Despiertos ~ Verano 2024
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Lecturas
DEL DOMINGO
14 de julio de 2024
15.o Domingo del Tiempo Ordinario
P r o g r a m a d e f o r m a c i ó n e n l a f e d e P F L A U M G O S P E L W E E K L I E S
Despiertos es escrito y editado
por Jo Ann Paradise, D.Min.
Amós 7, 12–15
Amós era pastor en Judá alrededor del
año 730 a.C. En esta época, hubo una
división de la tierra que dio lugar a dos
reinos: Israel en el norte y Judá en el sur.
Amós prosperó durante los reinados
del Rey Uzías de Judá (el reino del
sur) y del rey Jeroboam II de Israel
(el reino del norte). Era pastor y
podador de sicomoros. Podaba
los tallos y protegía de los insectos
los pequeños frutos, que comían
sobre todo los pobres. Amós viajó
a Betel, en el norte, para pagar su
impuesto al sacerdote del santuario.
El dinero fue entregado al rey de
Israel. Amós, que había sido llamado
por Dios para hablar a su pueblo,
advirtió a los judíos de que sufrirían
a manos de los extranjeros si no se
arrepentían y reformaban sus vidas.
El sacerdote regañó a Amós y le dijo
que se fuera a casa.
Efesios 1, 3–14
Al comienzo de la Carta a los
Efesios, San Pablo comparte una
bendición con la comunidad.
Esta forma de bendición procede
de la oración comunitaria del
pueblo judío. Utilizamos la
palabra litúrgica para describir
una oración comunitaria que se
utiliza repetidamente en el culto.
El Credo que recitamos durante
la Misa se considera una oración
litúrgica. Cuando lee esta parte
de la carta de Pablo casi puede
oír: “Creemos en Dios Padre
todopoderoso....Creemos en el
amor que nos destinó.... Creemos
que en él tenemos redención....”.
En esta poética y hermosa carta, se
nos ofrece un resumen del plan y la
acción de Dios en nuestras vidas a
través de los tiempos. A este plan y a
esta acción les llamamos historia de
la salvación.
Marcos 6, 7–13
En los cinco primeros capítulos del
Evangelio de Marcos, escuchamos a
Jesús enseñar sobre el Reino de Dios
y vimos sus maravillosas acciones, el
poder del amor de Dios, sanando el
cuerpo y el alma. Hoy, Jesús llama a
los doce y les dice que es su turno.
¿Puede usted ponerse en su lugar?
Probablemente seguían abrumados
por la capacidad de Jesús para
realizar milagros y hablar con tanta
autoridad. Ahora Jesús les pedía que
fueran de dos en dos e hicieran lo
mismo. Mi respuesta probablemente
sería: “ ¡Debes estar bromeando!”.
Añada a eso la siguiente serie de
instrucciones: “nada de ropa extra,
ni comida, ni bolsa, ni dinero. Por
cierto, mucha gente no creerá lo
que les digan”. Casi podemos oir lo
que piensa Jesús mientras observa
sus caras: “¿Cuánto confían en mí?”.
Las lecturas de hoy se
centran en la necesidad
de hablar, de proclamar,
la Buena Nueva. ¿Qué
necesita para sentirse
cómodo hablando de su fe?
¿Qué es lo que podría
incomodarle a la hora de
proclamar la Buena Nueva?
Jesús, si no te conozco, no
puedo confiar en ti. Ayúdame
a responder cada día al
impulso de tu Espíritu Santo
para crecer en amistad contigo.
Amén.
Amós 7, 12–15
Efesios 1, 3–14
Marcos 6, 7–13
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