Jóvenes mayores, Lección #4 “El camino de tu iniciación”

Ungidos con el Espíritu: Confirmación

Jóvenes mayores, Lección #4 “El camino de tu iniciación”

Queridos padres, tutores y padrinos:

El proceso de Confirmación de sus hijos e hijas está basado en el proceso que se usaba en la Iglesia primitiva para traer miembros nuevos a la pequeña comunidad de creyentes. En los primeros siglos, convertirse en un miembro de la Iglesia suponía etapas de exploración y aprendizaje. Recientemente, se restauraron los pasos necesarios para traer adultos a la Iglesia en un proceso llamado RICA: Rito de Iniciación Cristiana de Adultos.

RICA implica un Período de Evangelización, es decir, aprender sobre Jesús y el Evangelio por primera vez (de manera formal), lo que se conoce como Precatecumenado. Los “catecúmenos” son aquellos que piden entrar a la Iglesia. Ellos reciben el apoyo de algún católico piadoso que será su padrino o madrina y les ayudará a aprender más sobre la fe y crecer en discipulado con una espiritualidad sólida.

En la siguiente etapa, los candidatos comienzan el período llamado catecumenado. Ahora se preparan formalmente para los sacramentos de iniciación. Asisten a Misa para estar con la comunidad de los fieles y escuchar las Escrituras, pero todavía no se les permite recibir la Sagrada Comunión.

Al inicio de la Cuaresma, los catecúmenos comienzan el Período de purificación e iluminación. Estos 40 días son una preparación inmediata para su ingreso a la Iglesia. La penitencia que realiza la Iglesia desde el Miércoles de Ceniza hasta la Pascua está basada en este antiguo período de preparación para nuevos cristianos. Esta es la razón por la que hacemos sacrificios durante la Cuaresma. Durante este período, a los candidatos se les llama “los elegidos”.

Por último, durante la Vigilia Pascual, que es la Misa más importante del año, los elegidos son bautizados, confirmados y reciben la Eucaristía por primera vez. Estos son los tres sacramentos de iniciación. En otras palabras, los elegidos son acogidos como miembros plenos de la Iglesia. Sin embargo, este no es el final del proceso. Después de su iniciación, los neophytes (nuevos cristianos) comienzan un período de mistagogia (que en griego significa “interpretación del misterio”) durante el cual siguen aprendiendo sobre Cristo y las exigencias del Evangelio. Idealmente, todos los cristianos viven su vida en esta última etapa. Seguimos aprendiendo y creciendo como cristianos.

Sus hijos e hijas ya fueron bautizados y han sido recibidos en la Mesa del Señor en la Eucaristía. En la mayoría de los casos, su iniciación quedará completa con la Confirmación. En este sacramento, la Iglesia invoca al Espíritu Santo para que fortalezca a los jóvenes cristianos. Tradicionalmente, la Iglesia habla de 7 dones del Espíritu Santo que Dios nos otorga para ayudarnos a crecer como cristianos y para solidificar su Iglesia. Estos son:

  • Sabiduría – nos ayuda a conocer la verdad
  • Entendimiento – nos ayuda a vivir de acuerdo con la verdad
  • Consejo (buen juicio) – nos ayuda a distinguir el bien del mal
  • Fortaleza (valentía) – nos ayuda a vivir nuestra fe y a defender a Cristo y el Evangelio
  • Ciencia – nos ayuda a relacionarnos más íntimamente con Dios
  • Piedad (reverencia) – nos ayuda a alabar a Dios debidamente y a mostrarle a Dios el respeto que merece
  • Temor de Dios (maravilla y reverencia ante la presencia de Dios) – nos ayuda a ser humildes y a confiar en Dios

Siguiendo la carta de san Pablo a los Gálatas, tradicionalmente nombramos 12 Frutos del Espíritu. Estos son signos de que un cristiano vive de acuerdo con los dones del Espíritu y en gracia de Dios.:

  1. Caridad – amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, aún a nuestros enemigos
  2. Alegría – satisfacción profunda que no se debilita con el pasar de las olas de los placeres o dolores
  3. Paz – el resultado de una conciencia tranquila. Paciencia – del latín patior, que significa “sufrir”, somos capaces de esperar por la respuesta de Dios
  4. Longanimidad – rígidos cuando debemos serlo, pero siempre amables en nuestra interacción con otros
  5. Benignidad – vivir de manera virtuosa ha formado buenos hábitos en nosotros, lo que nos facilita hacer lo correcto
  6. Generosidad – reconocer que todo lo que tenemos es un don de Dios y debemos compartirlo
  7. Mansedumbre – como Dios es a pesar de nuestros pecados y fallas, así nosotros debemos ser con los demás
  8. Fidelidad – al igual que en el matrimonio, la fidelidad es esencial para que el amor crezca y se intensifique
  9. Modestia – tener una personalidad humilde y una apariencia respetuosa
  10. Continencia – el cristiano aprende disciplina (raíz de la palabra “discípulo”) al vivir en el Espíritu
  11. Castidad – una integración sana de nuestra espiritualidad y nuestra sexualidad

 

En el sacramento de la Confirmación, nuestros jóvenes reciben la oportunidad de reclamar esta fe, de reafirmar lo que ustedes afirmaron por ellos en su Bautismo. Tienen la oportunidad de declararse miembros plenos de la Iglesia. Están invitados a profundizar su relación con Dios mediante la participación en la Iglesia que Jesús fundó en los apóstoles, con Pedro como el primer Papa.

En resumen, ellos (y nosotros) reciben el desafío de “conocer el significado más profundo de la vida humana y el amor mediante la gracia y el amor que la Iglesia nos ofrece”.1

  1. Lección del estudiante, página 6.

Kevin Dowd es un estudiante de doctorado en teología y educación en Boston College, en donde recibió su Maestría en Educación. Tras su graduación de la Universidad de Harvard, Kevin a enseñado en escuelas católicas y públicas tanto en Massachusetts como en Nueva York. Actualmente él es profesor de teología en Ave María College en Paxton, MA y escribe un blog semanal en el que vincula las lecturas dominicales a la vida diaria. Puede encontrar su blog en http://www.bayardinc.com/the-word-is-life/

print
Comments are closed.
Newsletter